Va la tercera parte de “Reflexiones sobre Agni Yoga”. Esta tercera parte finaliza la recopilación de diversos escritos que, relacionados con el Agni Yoga, he ido publicando a lo largo de los dos últimos años. El Agni Yoga siempre ha producido una extraña atracción en mi. Pero fue a la vuelta de un increíble viaje a Bolivia cuando me sentí necesitado de, antes se decía coger lápiz y papel, sentarme ante el ordenador y dejar que su teclado fueran como las teclas del piano que disfrutan del virtuoso músico o sufren del aficionado que las aporrea. Este es mi caso. De cualquier forma he procurado que todas sus palabras surgieran del corazón y del silencio. El silencio ha sido la tinta que les ha dado forma.

Con esta tercera y última entrega de “Reflexiones”, que se unen las ya editadas acerca del “Kybalión y el Agni Yoga”, concluye una etapa del trabajo. Un trabajo que se ha visto incentivado por el calor y apoyo de mis colegas del Grupo de Estudio del Agni Yoga y de cuantos lo habéis estimulado a través de vuestros comentarios en Facebook, Ivoox u otros diversos medios.

Gracias pues a todos. Gracias al presentido apoyo de mi Maestro y gracias, no podían faltar, a las musas dévicas que llenaban esos minutos de silencio de inaudibles susurros en mis oídos. Gracias también, sin dudarlo ni un solo momento, a esa Alma Grande que supo abrir los caminos del Agni Yoga en los corazones de tantos hombres y mujeres de Buena Voluntad. Vicente Beltrán Anglada.